I-APÚ
El trueno cae y se queda entre las hojas
los animales comen las hojas y se ponen violentos
los hombres comen los animales y se ponen violentos
la tierra se come a los hombres y empieza a a rugir como el trueno.
(Leyenda aborigen)
Epígrafe de "El trueno entre las hojas" de Augusto Roa Bastos.
***
Como casi siempre con las tormentas
un rayo cayó cerca de la casa...
y bajo la influencia de algun héroe
bajó un nombre para el caballo aparecido.
Asi el trueno, sonoridad de abismo, se volvió piel
y en acento guaraní tomó sustancia en I-apú.
Otra criatura de Tupá,
aquel Dios del panteón mbya
que siendo dueño de las aguas del sol
gobierna las lluvias y anuncia las tormentas.
El relampago dá luz a los niños herederos de Tupá
bajo el nombre de Verá: "el que brilla"
Dionisio, un duende de I-apú es Verá Miri.
Su nombre original (nde rery mbya)
el que el opyguá con la ayuda del humo
y las palabras almas (ñee porá),
lee en la coronilla del mitaí
cuando ergido desafió al humano en sapukai.
Un equino equinoccio, cráneo enorme teñido
con ojos azabache que pueden llorar
cuando unos siniestros cerditos lo acorralan,
y aún así , decide no darle cozes mortales.
Cabalgar con I-apú arañando su crin cobre,
bajando y ascendiendo piedras blancas
ritual propio de la conexión con el silencio,
que queda despues del éxtasis de la lluvia con la selva.
El viento deja unos tréboles tiernos a su mordisco,
relincho manifestar del rocío al amanecer
humedece los labios sedientos
y su rumiar semeja una melodia repetida.
Deberá pasar el sol su caravana de nubes,
y un relámpago anuncie el descenso del cielo
que vuelva a gotear su piel canela
y remueva las tumbas
cuando el trueno caiga y queme las hojas.-
***
E.A. -julio 2011-