Asociación Amigos Guaraníes -A.A.Gua.-
II Jornadas Anuales
El impacto del Otro -la cuestión “inter-cultural”-
Comentario:
La cultura como política entre-dos
Por
Christian Gómez
1-La presentación del problema
El día sábado 28 de marzo se
llevaron a cabo las II Jornadas Anuales de la Asociación Amigos Guaraníes en la
ciudad de Posadas, Misiones. Bajo el título El impacto del Otro-“la cuestión
intercultural” se dio cita en el Museo Provincial de Bellas Artes una
expectante concurrencia que pudo escuchar, además de los trabajos presentados
en las tres mesas que se conformaron, la palabra de los invitados Alejandro
Benítez (Mburubicha de Tekoa Pindo Poty, Colonia la Flor,
provincia de Misiones) y Rudy Sayas (Yvyraicha de Tekoa Jejy,
situada en el paraje antes mencionado) quienes intervinieron sobre las
ponencias y participaron de la mesa de comentarios finales, ideas,
conclusiones y problemas.
Participaron como invitados Hugo
Arce (Antropólogo de San Pedro, Misiones), Martín Gómez (Máster en Ciencias del
Lenguaje, de Corrientes), Osvaldo Gómez Lezcano (filósofo de Asunción,
Paraguay) junto a Enrique Acuña (Presidente de AAGua, de Buenos Aires),
Christian Gómez (Vicepresidente de AAGua, de Posadas) y miembros de la
Asociación: Daniela Ward (Buenos Aires), Claudia Fernández (Posadas), Fernando
Kluge (Oberá), Julia Pernía (Posadas), Carlos Wall(Oberá), Lorena Olmedo
(Posadas), Germán Tor (Posadas) y Laura Jacobacci (Posadas). También se hizo
presente como anfitriona del lugar y amiga de la Asociación, Martha
Bordenave.
Bajo los títulos: “El arte mbya
y su paisaje: vida de los objetos”, “Políticas: bilingüismo y saberes
ancestrales” y “Respuestas culturales del Mbya Reko” en las diferentes
mesas de trabajos los expositores pusieron en juego la consigna planteada en la
Presentación de las Jornadas, escrita por Enrique Acuña, según la cual
el impacto del Otro supone la intromisión de una cultura que se quiere
universal sobre otra particular, la costumbre mbya en este caso,
que se ve afectada y debe en consecuencia re-inventarse con un lenguaje
pragmático ante cada nueva intromisión.
En este sentido, el estudio del
impacto de los planes, proyectos y programas (implementados tanto desde esferas
públicas como privadas) que permanentemente invaden la vida comunitaria conduce
a los diferentes modos de respuesta que se verifica en las políticas de las
propias comunidades plasmadas en estrategias para mostrar el valor del objeto
de arte, proponer alternativas de autogestión ante el turismo como desarrollo
sustentable, la urgencia por mantener viva la lengua ancestral que lleva
a cuestionar los programas educativos. Tambien la visibilidad en sitios urbanos
como modo de resistencia ante el acorralamiento progresivo del desmonte y los
agrotóxicos, el saber ancestral de la medicina y la curación por las ñee
porá (buenas palabras o palabras-alma) y la tatachiná (la bruma
sanadora) ante el impacto de los programas de atención primaria de salud.
Finalmente los modos comunitarios
de decisión donde la palabra, en reciprocidad, conduce a la mejor solución (Aty
ñeeychyro) y la espiritualidad que se mantiene en la resistencia de al
menos uno que puede mantener el “Buen vivir” ( Teko porá) en relación a lo
sagrado del monte virgen (Kaaguy Porá) sin la intromisión de la
cultura del otro (en lo que Enrique Acuña denominó como la “última muralla”)
ante el impacto de proyectos de ONGs extranjeras que donan las tierras que ya
pertenecen a las comunidades, sin tener en cuenta la noción diferente de
territorio. El territorio decía el autor es el alcance y la “apropiación de una
lengua”; es la extensión de los usos y costumbres de “lugares que se
nombran; como una semilla que se siembra, en ese migrar permanente del
pueblo guaraní”.
Al finalizar las Jornadas, la
concurrencia se trasladó a la Biblioteca Popular de la ciudad de Posadas para
la proyección del film Karai-Los caminos del nombre-, tercero de una
serie de películas (La Bruma-Tatachiná- (2009), La sombra del jaguar-Kuaray
a chivi- (2012) le anteceden) donde Enrique Acuña, como Director sabe
plasmar la dimensión política de la cultura mbya. Mensaje de un
testimonio de sus mitos, los rituales a través de los cuales e vehiculizan en
la comunidad las creencias compartidas, la respuesta a la intromisión de la
medicina del blanco por sobre la curación espiritual (La bruma), el
relato de la transformación -jepotá- en reciprocidad con el monte (La
sombra del Jaguar) para arribar en este tercer film al testimonio de una
curación espiritual a partir de la búsqueda del nombre adecuado que vivifica (Karai).
Sobre el final, Alejandro
Benítez, en una política en acto, pide la lectura de una serie de notas
dirigidas a instancias públicas que deberían velar por los intereses de las
comunidades, donde hace saber el rechazo actual de algunas comunidades que han
sufrido la presencia en sus territorios de organizaciones extranjeras
“humanitarias y caritativas” que dando una
imagen de los pueblos originarios ligada a la “pobreza” con fines lucrativos
que no retornan a quienes serían sus beneficiarios
2. Las Respuestas: el entre-dos
abierto
Finalizada la jornada de trabajo
quedan unas primeras conclusiones parciales que apuntan a seguir pensando el
problema discutido. La “cuestión intercultural” es la puesta en cuestión
de la interculturalidad como sintagma que justifica, a tono con el paradigma
actual, acciones de un dominio homogéneo de las economías dominantes. La
falacia del “multi-culturalismo” en la era de la globalización parecieran dar
lugar a la voz y la palabra de aquellos sobre quienes recaen esas acciones, en este
caso el pueblo mbya y su teko, su costumbre ancestral pero desde
hace 5 siglos ya transformada por la llegada del conquistador.
En este sentido, estas segundas
jornadas permitieron escuchar la palabra mbya interpelando las ponencias
y dejando ver dos modos de respuestas culturales: la insistencia, puesta de
manifiesto por el Mburubicha Alejandro Benítez, en el modo
ancestral de organización de la vida de la comunidad, el Aty Ñeeychiro,
la asamblea comunitaria donde los responsables políticos escuchan a hombres,
mujeres y niños y deciden la mejor solución para sus intereses.
Hoy, esta forma de decidir que
les es propia no es tomada en cuenta por las instancias estatales que han
legitimado otras (Consejo de ancianos) más afines a sus intereses. Es por eso
que el cacique decide dar a conocer a la audiencia la posición actual de
descontento ante el accionar de organizaciones europeas en un claro ejemplo del
uso que puede hacerse y se hace, de las comunidades, en nombre de la
desigualdad y la pobreza, categorías que no sirven para entender una cultura
como la mbya-guaraní. Así, lo tangible del capital económico de la sociedad
envolvente borra lo intangible del capital simbólico, patrimonio milenario de
un pueblo.
Rudy Sayas, agente sanitario (Yvyraicha)
de Jejy acentuó el saber de la medicina mbya y de la causa
espiritual de la enfermedad, creencia comunitaria, diferenciando ese saber,
para el cual es importante el agente sanitario, del saber primero, el que
corresponde al Opygua (sacerdote), el que cura en tanto tiene
trato directo con Ñande Rú (el padre primero). Y el saber que supone
derivar a la medicina del blanco y dejarla actuar mas acá de lo espiritual
La respuesta, entonces, es la
confluencia de lo político con la espiritualidad que se plasma como un
modo de resistencia a la interculturalidad que conduce a la a-culturación y la
asimilación en una acelerada pérdida de su modo de vivir, mbya reko.
La consigna bajo la cual se
organiza la Asociación Amigos Guaraníes (A.A.Gua): O japó Yry vovó Mocoi re
Tekó (Construimos un puente entre dos culturas) es también una respuesta
política a la interculturalidad, propiciando acciones que hacen visible el
conflicto, lejos de ocultarlo bajo el ala benevolente de la igualdad, haciendo
posible en estas segundas jornadas que retornen en la ciudad del Otro las voces
y las palabras del Ser Mbya que insiste.
Enrique Acuña hizo un grafico con
dos conjuntos que se alienan y separan: uno el “ser mbya” como una identidad
cultrual que se apropia de un territorio con su lengua –usos y practicas-, y el
otro conjunto que son las políticas externas, el otro blanco (Juruá). En el
medio se esos dos conjuntos se organiza una intersección que puede estar
ocupada por el concepto de “multicultural” o de una falacia de lo “inter”
(entre dos) que sin embargo no es inclusión reciproca ni simétrica; mucho menos
igualitaria. Es necesario vaciar ese relleno y dejar un vacio: un “entre dos
abierto” donde cada vez se pueda pensar una política a inventar como
intercambio adecuado (un puente entre dos culturas) respetando las diferencias.
Entonces, no hay
interculturalidad sino montajes y respuestas en una conversación dialéctica
permanente. Aprendemos entonces de la modalidad política del Aty; la asamblea
mbya-guarani: el encuentro con la palabra, la consulta y la conversación
alrededor y en fila y permanente. Mantener esa política como un
“intervalo” en suspenso y “entre-dos” culturas diferentes.-
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